12 de junio: día de la independencia filipina

Los chicos jóvenes del vecindario habían estado sembrando brotes de monggo en los grandes plantadores justo debajo de la habitación de nuestros voluntarios. Durante todo el mes de mayo habían estado regando y observando su crecimiento. Cuando los brotes se levantaban y proliferaban, se volvieron muy excitados y jactanciosos.

Inspirados por esta escena callejera, los voluntarios para los Bahay, Emil, Lore y Rene, que tienen experiencia con el arte y las actividades integradas de la historia para los niños, se presentaron con la idea de una actividad fundamental para el evento Araw ng Kalayaan para nuestros jóvenes vecinos–incorporar historia y sus símbolos y vincularlo a lo que los niños parecían estar interesados en plantar.

Las botellas plásticas del refresco fueron recogidas por Eddie, nuestro barrendero de la calle del vecindario. Medio cáscaras de coco, suelo de jardín, Malunggay y brotes de talong junto con pinturas a base de agua (rojo, amarillo, azul y verde), cepillos de pintura de varios tamaños; Crayola y papel reciclado se reunieron desde aquí y allá.

Cuando las puertas se abrieron esa mañana del 12 de junio un poco de disciplina tuvo que ser puesto en marcha debido a la ansiedad de los niños. Pero el día comenzó justo cuando cantaban el himno nacional, fuerte y claro, con la mano derecha sobre sus corazones. Los niños más pequeños fueron conducen a la habitación de los niños donde tenían kuwentuhan con comió Sandra y tenían su elección de libros para leer. Esos 7 y más fueron dados breves charlas utilizando ayudas visuales que muestran la evolución de la bandera nacional y su significado. Esto parecía inspirar a los niños. Primero bosquejaron sus diseños por el Crayola en el papel de dibujo, después transfirieron éstos directamente por la pintura en sus artículos reciclados. Fue divertido y frenético, ya que se sumergió y mezclado para dibujar su bandila.

Pero la parte sorprendente fue que hubo una estampida cuando se trataba de la parte de plantación. No podían esperar para poner en el suelo y obtener su ración de Malunggay brotes de palos de Mang Rene, y el agua para asegurarse de que no mueren.

Cuando no había más brotes para recorrer, cada uno colgaba sus contenedores debajo de los árboles de palmera en los jardineros de la acera. Luego se convirtió en territorial subrayado por la emoción, con algunos niños ansiosos por sus plantas que tienen poco agua o demasiado sol en los próximos días, o sus envases o sus brotes de ser robado. En realidad, yo tenía las mismas aprensiones. Los días siguientes se poked, los recolgó más alto o más bajo en los plantadores, o los cambiaron.

Pero aquí estamos dos semanas más tarde. Todos sus contenedores de bandila, todavía están colgando tan colorido y tan orgulloso, lleno de agua y esperanza de crecimiento.